La temporada 2024-2025 comenzó con condiciones climáticas excepcionales gracias a la presencia del fenómeno del Niño, que favoreció al valle de Colchagua con precipitaciones invernales superiores en un 2,5% al promedio histórico. Se registraron lluvias intensas, alcanzando hasta 200 mm por episodio, con un acumulado promedio cercano a los 600 mm. Este escenario permitió disminuir el déficit hídrico observado en años anteriores y otorgó mayor vigor a nuestros viñedos.

A fines de septiembre e inicios de octubre, con la llegada de la primavera, se dio inicio a la brotación, en fechas similares a las del año anterior. La estación se presentó más fría de lo habitual, con una disminución del 8% en las temperaturas respecto al promedio histórico, lo que afectó el desarrollo fenológico y la cuaja en variedades como Carmenère y Malbec. En noviembre comenzó una transición hacia condiciones más cálidas y secas.

Durante diciembre se instaló el fenómeno de La Niña, incrementando las temperaturas y dando paso a suaves olas de calor durante enero y febrero. A partir de marzo, el clima viró hacia temperaturas más frescas y secas, condiciones ideales para una maduración pausada y controlada de las uvas.

La combinación de lluvias generosas y temperaturas moderadas dio como resultado una temporada de maduración lenta y prolongada. Esto se tradujo en vinos de menor graduación alcohólica, con excelente concentración de color y taninos suaves. Las variedades Cabernet Sauvignon, Merlot y Carmenère destacaron por su sobresaliente calidad, fiel expresión varietal y gran potencial de guarda.

Cada temporada es una oportunidad para perfeccionar lo que hacemos. Esta vendimia es un fiel reflejo de ese compromiso.